Nos conocimos en el mediodia de una vida,
nos despedimos luego en el amanecer del otro,
mientras ya el arrebol se escondia entre el horizonte,
llegamos tarde.
Infinitos dias pasaron por nuestras vidas,
grandes y largos inviernos esperaron lo que era,
nuestra venida
y llegamos tarde.
La plenitud de un alma perdida,
el ocaso nuevo de un sueño antiguo,
las mismas circunstancias terrenales,
mas nos reencontramos nuevamente
tarde.
Las libelulas danzan en la primavera de lo que es nuestro campo de encuentro,
tú tan fresca,
yo tan hondo,
y aún pienso,
llegamos tarde.
Del lodo a la hoguera y viceversa
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Justamente hace casi un mes volvi a recordar el dolor, con mucha angustia.
hay dias en que el dolor no logra calarte los huesos y es que seguramente
ya...
Hace 5 semanas.
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